En STOP FIBROMIALGIA creemos en una visión integral del bienestar, donde el cuerpo, la mente y las emociones están profundamente conectados.
Por eso, hoy tenemos el privilegio de conversar con Mónica Acosta Nieva, psicóloga especializada en salud y creadora del espacio terapéutico “Regresa a tus Raíces”. Con más de 15 años de experiencia acompañando a personas con enfermedades crónicas, Mónica nos comparte en esta entrevista una mirada compasiva, profunda y transformadora sobre el papel de las emociones en la fibromialgia y el poder de sanar desde lo interno.
Prepárate para leer una entrevista que puede ayudarte a comprenderte mejor, abrazar tu historia y dar pasos hacia una vida con más bienestar emocional
Mónica, ¿cómo nace “Regresa a tus Raíces” y qué te motivó a crear este enfoque terapéutico?
“Regresa a tus Raíces” nace del profundo dolor y sabiduría que he presenciado en personas con enfermedades crónicas, especialmente fibromialgia. Muchas de ellas viven desconectadas de sus propias emociones, de su historia y de su cuerpo, atrapadas en el deber ser, la autoexigencia y el silencio emocional.
Este enfoque surge para ayudarles a reconectar con sus raíces internas, aquellas que sostienen su identidad, su cuerpo emocional y su capacidad de sanación.
¿Qué papel juegan las emociones en el desarrollo y mantenimiento de enfermedades crónicas como la fibromialgia?
Las investigaciones sugieren que las emociones reprimidas, los altos niveles de estrés sostenido y una pobre regulación emocional están implicadas en la exacerbación del dolor crónico y en condiciones como la fibromialgia.
Las personas con personalidad tipo C, por ejemplo, tienden a evitar el conflicto, reprimir la rabia y mostrarse complacientes, lo cual, desde una perspectiva psiconeuroinmunológica, debilita los sistemas de defensa y amplifica la vulnerabilidad al dolor.
En tu experiencia, ¿cómo puede la psicoterapia complementar el tratamiento médico de la fibromialgia?
La psicoterapia es un pilar esencial en el tratamiento integral de la fibromialgia. No reemplaza el abordaje médico, pero sí lo potencia. En consulta, acompaño a mis pacientes a resignificar el dolor, liberar emociones bloqueadas y transformar creencias rígidas que agravan su malestar físico.
Los enfoques basados en mindfulness, la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y el trabajo con el cuerpo emocional han mostrado evidencia de eficacia.
¿Qué técnicas terapéuticas utilizas para ayudar a tus pacientes a reconectar con sus raíces emocionales?
Utilizo técnicas de imaginería guiada, escritura terapéutica, trabajo con el árbol genealógico, y enfoques de psicoterapia corporal. Estas herramientas permiten que la persona entre en contacto profundo con su mundo interno, con memorias emocionales no expresadas y con necesidades afectivas desatendidas.
Desde ahí, comienza un proceso de restauración de su identidad emocional, que muchas veces ha sido fragmentada por el trauma o la autoexigencia.
¿Cómo influye la historia personal y familiar en la salud emocional y física de una persona?
La historia familiar es el telón de fondo sobre el cual construimos nuestros vínculos, formas de amar y de lidiar con el sufrimiento.
Muchas mujeres con fibromialgia provienen de entornos donde aprendieron a cuidar a otros antes que a sí mismas, a silenciar el dolor emocional o a cargar con responsabilidades emocionales que no les correspondían. Estos patrones, si no se revisan, se somatizan y afectan la biología del cuerpo a largo plazo.
¿Qué recomendaciones darías a alguien que ha sido diagnosticado recientemente con fibromialgia?
Le diría que su diagnóstico no es el final, sino el inicio de un camino distinto, que aunque retador, puede llenarse de sentido.
Le recomendaría rodearse de un equipo interdisciplinario y permitirse una mirada amorosa hacia su cuerpo, su historia emocional y su ritmo. Aceptar que no todo tiene que resolverse con fuerza de voluntad, sino con conexión interna, autorregulación y acompañamiento profesional.
¿Cómo puede una persona comenzar a escuchar y entender las señales que su cuerpo le está enviando?
El cuerpo siempre habla, pero muchas veces no lo escuchamos porque estamos entrenados para resistir, aguantar y cumplir. Comenzar a escucharlo implica hacer pausas conscientes, observar el dolor sin juzgarlo y preguntar “¿qué necesito en este momento?”.
Técnicas como la respiración consciente, el escaneo corporal y la escritura somática ayudan a reconectar con esa sabiduría interna que llevamos dentro.
¿Qué papel juega la autoaceptación en el proceso de sanación emocional?
La autoaceptación es la base de todo proceso de transformación profunda. No significa resignación, sino reconocer quién soy con mis límites, mis heridas y mis recursos.
He visto cómo, cuando una persona deja de pelear contra sí misma y empieza a tratarse con la misma compasión que da a otros, su cuerpo y su estado emocional comienzan a responder de una forma más amable y coherente.
¿Cómo puede una persona identificar y liberar emociones bloqueadas que afectan su bienestar?
Muchas emociones bloqueadas están asociadas a eventos pasados no elaborados o a mensajes internos aprendidos en la infancia, como “no muestres enojo” o “sé fuerte siempre”.
A través de la psicoterapia, y con herramientas como el trabajo con partes internas, la escritura terapéutica y el procesamiento emocional seguro, es posible identificar estas emociones y darles un lugar sin que nos desborden o paralicen.
¿Qué importancia tiene el acompañamiento profesional en el manejo de enfermedades crónicas?
La enfermedad crónica no solo afecta al cuerpo, sino que moviliza miedos, culpas, duelos y replanteamientos vitales. Un acompañamiento profesional proporciona un espacio seguro para ordenar el caos interno, resignificar el sufrimiento y reconstruir un sentido de vida.
Estudios clínicos han demostrado que el acompañamiento psicológico mejora la calidad de vida, reduce la percepción del dolor y fortalece la adherencia al tratamiento.
¿Cómo puede la terapia ayudar a una persona a encontrar un nuevo sentido de propósito tras un diagnóstico de enfermedad crónica?
La terapia ofrece un espacio para elaborar el duelo por la vida que se tenía antes del diagnóstico y abrirse a una nueva narrativa.
Trabajo con mis pacientes para que puedan resignificar lo que les ocurre, descubrir recursos internos que desconocían y construir un propósito renovado que no niega la enfermedad, pero tampoco se define por ella.
¿Qué estrategias recomiendas para manejar el estrés y la ansiedad asociados con enfermedades crónicas?
Incorporo estrategias validadas como la atención plena (mindfulness), la respiración diafragmática, la reestructuración cognitiva y el trabajo de conciencia corporal. Además, insisto en la importancia de crear rutinas suaves, límites saludables y espacios de autocuidado diario.
El estrés constante sensibiliza el sistema nervioso y agrava los síntomas; por eso, aprender a habitar el presente y a calmar el cuerpo es una necesidad, no un lujo.
¿Cómo puede una persona fortalecer su resiliencia emocional frente a los desafíos de una enfermedad crónica?
La resiliencia no es una característica innata, sino una capacidad que se cultiva en la adversidad con acompañamiento, conciencia y práctica.
En mi experiencia, quienes logran conectar con su red de apoyo, expresar lo que sienten y reconstruir su identidad más allá de la enfermedad, desarrollan una fortaleza emocional profunda. La clave está en dejar de luchar contra el dolor y empezar a caminar con él desde un lugar de compasión.
¿Qué papel juega la espiritualidad o la conexión con uno mismo en el proceso de sanación?
He acompañado a muchas personas en procesos de enfermedad y fin de vida, y puedo afirmar que la espiritualidad—entendida como conexión profunda con el sentido de vida, con algo más grande o con uno mismo—es una fuente de consuelo y fortaleza.
Diversos estudios han mostrado que la espiritualidad reduce la ansiedad, favorece la aceptación y mejora la calidad de vida en enfermedades crónicas o complejas.
¿Cómo puede una persona establecer límites saludables en sus relaciones para proteger su bienestar emocional?
Establecer límites comienza por reconocer que cuidarse a uno mismo no es egoísmo, sino una forma de amor propio. En terapia, acompaño a mis pacientes a identificar relaciones drenantes, patrones de complacencia aprendidos y el temor al rechazo.
Desde ahí, trabajamos en cómo decir que no sin culpa, cómo priorizar el descanso y cómo rodearse de vínculos que nutran en lugar de agotar.
¿Qué consejos darías a los familiares y amigos de alguien que vive con fibromialgia?
Les diría que la fibromialgia no siempre se ve, pero sí se siente, y duele mucho más cuando quienes amas no validan tu experiencia. Acompañar desde la empatía, sin juicios ni comparaciones, es fundamental.
Escuchar con presencia, preguntar “¿qué necesitas hoy?” y evitar frases como “eso está en tu cabeza” puede hacer una gran diferencia en la recuperación emocional de quien padece esta condición.
¿Cómo puede la escritura terapéutica ayudar en el proceso de sanación emocional?
La escritura permite nombrar lo innombrable, ordenar el caos interno y liberar emociones que a veces no se pueden decir en voz alta.
Yo la uso como una herramienta poderosa para ayudar a mis pacientes a dialogar con su cuerpo, resignificar vivencias y hacer visible el dolor emocional reprimido.
Estudios en psicología de la salud respaldan su impacto positivo en el sistema inmune y en la regulación emocional.
En tu trabajo con personas con enfermedades crónicas, ¿has observado patrones comunes en su historia emocional?
Sí. Es frecuente encontrar historias de sobreexigencia, dificultad para poner límites, represión emocional desde la infancia y un alto sentido de responsabilidad hacia otros.
Muchas personas han vivido desconectadas de sus propias necesidades, cargando con un mandato invisible de fortaleza. La enfermedad muchas veces llega como un llamado urgente a volver a sí mismas, a dejar de sostenerlo todo y a sanar desde el permiso de sentirse vulnerables.
¿Qué importancia tiene el “cuerpo emocional” en tu enfoque terapéutico y cómo lo abordas?
El cuerpo emocional es el espacio donde se alojan las memorias no procesadas, los duelos congelados y las emociones no expresadas.
En mi enfoque, no trabajamos solo con palabras, sino con sensaciones, respiración, movimiento y escucha interna. El cuerpo es un mapa de nuestra historia, y cuando logramos leerlo con respeto y compasión, se convierte en nuestro mayor aliado para sanar.
Para cerrar, ¿qué mensaje te gustaría dejarle a la comunidad de mujeres valientes que viven con fibromialgia y forman parte de STOP FIBROMIALGIA?
Tu dolor es real, y tu historia merece ser escuchada y honrada. Esta condición no te define, pero puede ser una puerta hacia una versión de ti más auténtica, más conectada y más libre.
Mereces una vida digna, acompañada y en paz. Regresar a tus raíces emocionales no es volver al pasado, es recuperar lo esencial de ti para sanar hacia adelante.
Agradecemos profundamente a Mónica por abrirnos un espacio tan humano y consciente para reflexionar sobre la importancia de mirar hacia dentro y reconectar con nuestras raíces.
Su enfoque terapéutico no solo ilumina el camino de quienes viven con fibromialgia, sino que también nos recuerda que cada síntoma tiene un mensaje y que cada persona merece ser acompañada con amor y respeto en su proceso de sanación.
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