Libro «TU CUERPO, TU HOGAR»

El libro Tu cuerpo, tu hogar de Rafael Guzmán García trata sobre la importancia de los hábitos para la salud y la longevidad. Aunque no está específicamente enfocado en la fibromialgia, sus principios pueden ser muy útiles para quienes viven con esta condición. Basándonos en su enfoque, aquí hay algunos consejos que podrían ser especialmente beneficiosos para personas con fibromialgia:

1. Alimentación antiinflamatoria

Las personas con fibromialgia suelen experimentar inflamación crónica y sensibilidad a ciertos alimentos. Seguir una dieta antiinflamatoria puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la energía.

• Priorizar alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras de colores vivos.
• Consumir grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, frutos secos, pescados ricos en omega-3).
• Reducir el consumo de azúcares, harinas refinadas y ultraprocesados, ya que pueden empeorar la inflamación y la fatiga.
• Asegurar una buena hidratación, ya que la deshidratación puede intensificar los síntomas.
• Explorar la posibilidad de eliminar el gluten o los lácteos si se sospecha sensibilidad.

2. Ejercicio adaptado

El ejercicio es fundamental para mantener la movilidad y reducir la rigidez, pero en la fibromialgia debe ser de bajo impacto y progresivo para evitar crisis de dolor.

• Optar por actividades suaves como yoga, tai chi, pilates, natación o caminatas.
• Hacer estiramientos diarios para mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez muscular.
• Escuchar al cuerpo y evitar el sobreesfuerzo, ya que el exceso de ejercicio puede desencadenar brotes de dolor.
• Dividir la actividad en sesiones cortas en lugar de entrenamientos largos y exigentes.

3. Gestión del estrés

El estrés es un gran desencadenante de los síntomas de la fibromialgia, por lo que aprender a controlarlo puede mejorar significativamente la calidad de vida.

• Practicar meditación, respiración profunda o mindfulness para reducir la ansiedad y mejorar la relajación.
• Establecer límites y evitar el agotamiento emocional, priorizando el autocuidado.
• Dedicar tiempo a actividades placenteras como leer, escuchar música, pintar o cualquier hobby relajante.
• Aprender a decir «no» cuando sea necesario y evitar situaciones que generen estrés innecesario.

4. Ritmos circadianos y descanso

Muchas personas con fibromialgia tienen problemas para dormir, lo que agrava la fatiga y el dolor. Mejorar la higiene del sueño es clave para la recuperación.

• Crear una rutina nocturna relajante (evitar pantallas antes de dormir, tomar una infusión, leer un libro).
• Mantener horarios regulares de sueño, acostándose y despertándose a la misma hora todos los días.
• Hacer ejercicios de relajación antes de dormir para calmar el sistema nervioso.
• Evitar el consumo de cafeína y comidas pesadas por la noche.

5. Conexión con la naturaleza

Pasar tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza puede mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.

• Salir a caminar por un parque, la playa o el bosque ayuda a relajarse y recargar energías.
• Practicar grounding (caminar descalzo sobre tierra, césped o arena) para mejorar la conexión con el cuerpo.
• Aprovechar la luz natural para regular el ritmo circadiano y mejorar el sueño.
• Cultivar un pequeño jardín o cuidar plantas puede ser terapéutico.

6. Mentalidad positiva y resiliencia

La fibromialgia puede ser un desafío, pero adoptar una mentalidad positiva ayuda a afrontarla mejor.

• Ver el cuerpo como un «hogar» al que se debe cuidar con amor y paciencia, en lugar de verlo como un enemigo.
• Practicar la gratitud diaria, enfocándose en lo que sí funciona y en los pequeños avances.
• Buscar apoyo en comunidades o grupos de personas con fibromialgia para compartir experiencias y sentirse comprendido.
• Recordar que cada persona es diferente, y el camino hacia el bienestar es único y personal.

Incorporar estos hábitos puede hacer una gran diferencia en la calidad de vida.